Una de las cosas que más me gusto de Oporto fue el Puente Don Luis I. Esta inmensa estructura de metal, al igual que los otros cinco puentes de la ciudad, une a Oporto con Vila Nova de Gaia, el lugar donde están las fábricas del vino oporto.

Cuando llegas a Oporto no puedes dejar de verlo. Además de ser el más famoso de la ciudad lusa es auténticamente imponente. Fue inaugurado a finales del siglo XiX y es una de las imágenes más emblemáticas de la localidad.

Primero os aburriré con un poco de historia y datos técnicos para después contaros mi experiencia. Oporto en el siglo XIX experimento un rápido crecimiento comercial y por la obligación de unir las dos orillas se colocó un puente hecho con barcas que estaban unidas por cables metálicos.
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Como esta solución temporal no bastaba el Ayuntamiento de Oporto decidió en 1879 comenzar su construcción, que finalizó en octubre de 1886. El Duero ya se podía atravesar sin problemas.

Lo más llamativo de este Puente de Don Luis I es su arco de hierro, para lo que se necesitó miles de toneladas. Además la estructura cuenta con dos pisos. El superior con casi 400 metros de longitud y el inferior con 175 metros.
Lo más característico del Puente de Don Luis I es su gran arco de hierro, para cuya construcción fueron necesarias miles de toneladas de este material.

En cada uno de los niveles hay habilitados carriles para los peatones, por lo que los turistas podrán disfrutar de un paseo por él y de las bellas vistas que ofrece de Oporto.

La planta de arriba es un fantástico mirador de la ciudad. Además conviven tanto peatones como el metro de la ciudad. Este nivel no es apto para aquellos que tengan vértigo, pues a lo largo del tramo se pueden ver huecos minúsculos, pero que te dejan ver lo que hay debajo y hay que andar con cuidado.

Sin embargo si no tienes vértigo te aconsejo que pasees por él porque puede ser uno de los mejores miradores que posee la ciudad. Solo una recomendación, los días de viento hay que tener cuidado porque ahí no hay resguardo de ningún tipo.

Además los días de lluvia puede suponer un problema si no llevas el calzado adecuado. Es metal y si no tienes cuidado puedes sufrir un pequeño resbalón, aunque la estructura esté preparada para que no ocurra. Con un paraguas o chubasquero y un buen calzado deportivo no tendrás ningún problema.

Tengas vértigo o no, también hay que pasear por el nivel inferior. El acerado para los peatones es estrecho, porque hay que compartir el puente con los vehículos, pero también hay muy buenas vistas de la ciudad.

Si tenéis la oportunidad no dejéis de pasear por Oporto de noche. La iluminación es increíble y la del puente Don Luis I no iba a ser menos. Dejará sin palabras a muchos.

Otra forma de disfrutar de este puente es desde el agua. No, no digo que lo hagáis nadando. Me refiero desde un barco. Hay numerosos paseos en barco que te hacen la ruta por todos los puentes, pero sin lugar a dudas este es el más bonito.

Yo tuve la mala suerte, o no tan mala, de disfrutar de uno de estos paseos en barco cuando estaba lloviendo. Al principio me metí en una sala donde podía ver los puentes y las zonas de Oporto cercanas al Duero a través de unos cristales.

Sin embargo poco a poco el vaho, de las personas que estábamos dentro no nos dejaba ver nada y como tenía mi chubasquero decidí a aventurarme fuera. La verdad que fue un acierto porque aunque la niebla y la lluvia deslucían un poco la vista, disfrute mucho de la experiencia.

El puente de Don Luis I es el lugar más idóneo para realizar fotografías y selfies con la ciudad de fondo.

Además al final del piso superior, en la orilla de Vila Nova de Gaia, el puente desemboca en la entrada al funicular, otro de los lugares privilegiados desde donde disfrutar de grandes vistas de la ciudad y de los distintos puentes que la conforman.

Algo que se me pasaba por alto es comentaros como se llega del piso inferior al superior. Hay dos opciones, subir unas escaleras interminables o bien aprovechar el Funicular Dos Guindais.

He de decir que yo he utilizado las dos opciones para subir. Si tienes buena forma física y no quieres esperar cola, ni pagar por el ascenso, las escaleras son tu mejor opción . Además puedes hacer pequeños descansos en los que disfrutar de las vistas que ofrece la orilla de Vila Nova de Gaia.

Si tu forma física no es la mejor, o estas cansado de patearte la ciudad, el funicular dos Guindais es tu mejor opción.

Por un precio de dos euros por persona, tu y tus acompañantes os librareis de la ascensión de cientos de escalones. En pocos minutos te encontrarás en la parte alta de la ciudad.

Lo único negativo de este sistema es la cola que puede haber para cogerlo y la masificación. Puede ser que si te agobian los espacios cerrados, el habitáculo lleno de gente no sea de tu gusto.

Pero como ya he dicho en pocos minutos el funicular te sube hasta la parte alta de la ciudad y desde ahí, a tan solo dos minutos te encuentras el piso superior del Puente Don Luis I

Si uno de tus viajes es descubrir Oporto no dejes de disfrutar del Puente Don Luis I. Si tienes vértigo haz un esfuerzo para descubrir las vistas que deja la ciudad y si tu miedo es más fuerte que tu voluntad el piso de abajo también te dejará estampas para el recuerdo.

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