¡Hola a todos!
En primer lugar, me gustaría presentarme: me llamo Cecilia y nací en la capital hace 27 años. Me dedico a la profesión más bonita del mundo la de maestra, particularmente de Educación Infantil aunque también puedo ejercer en Primaria. Decidí profundizar en la enseñanza del inglés y en la intervención en necesidades de apoyo educativo.
En la actualidad trabajo en un colegio maravilloso, lleno de creatividad y de gente involucrada. Mi vida transcurre en un aula donde mis acompañantes son pequeños traviesos de 3 años. Como todo en la vida hay momentos buenos y momentos malos, pero siempre merece la pena levantarse para disfrutar de las aventuras de un nuevo día.
Aquí tenéis a una maestra involucrada, creativa y, pese a que me parece un atrevimiento decirlo, innovadora. Mi máxima podría resumirse en que de nada sirve tener conocimientos si un alumno no es feliz.
Mi misión es transmitir conocimiento y autonomía partiendo de la felicidad, en mi opinión, la sonrisa es el conducto directo al cerebro por la que discurren los conocimientos.
Y os preguntaréis ¿de qué tratará este nuevo rincón en Orizonte? Tiene fácil respuesta. Compartir con vosotros reflexiones, materiales, recomendaciones e información relacionada con el ámbito educativo. Pretendo que sea una sección voluble y flexible, donde vosotros también tengáis voz y podamos tratar temas que verdaderamente os interesen. Espero que me acompañéis en esta nueva aventura.
CUALIDADES DE UN MAESTRO DE DIEZ:
En este primer número hablaremos de algunas de las características que, en mi opinión, debe tener un buen maestro de educación infantil.
Tener la felicidad por bandera:
Como bien os comentaba al principio existen bastantes estudios que profundizan en la relación entre felicidad y procesos de aprendizaje donde se demuestra que el estado de ánimo de las personas influye en cómo aprendemos. Es por ello que un buen maestro de educación infantil debe tener la felicidad por bandera, conseguir la felicidad de los alumnos conlleva un aprendizaje significativo en el futuro.
Altas dosis de empatía:
No solo hacia nuestros alumnos si no hacia las familias. Quizá, la parte más complicada del trabajo de maestro es la relación con las familias, donde la confianza y la comunicación son el sustento de una buena relación. Qué decir de la empatía hacia nuestros alumnos, donde llevan su propio bagaje de experiencias previas y su vida familiar.
Ser una persona multitarea:
Ser una persona multitarea es una necesidad básica para estar en un aula de infantil. No hay tiempo suficiente para hacer todo lo necesario y esto se debe, principal-mente a la necesidad agónica de una bajada de ratios y del aumento de profesores en el aula.
Paciencia pequeño saltamontes:
Educar con paciencia y cariño es la sal de la enseñanza. No todas las personas somos iguales, hablamos de nuestra personalidad, nuestras costumbres y por supuesto, nuestra forma de aprender. El aula no deja de ser una zona de convivencia donde debemos sumar a los conflictos relacionados con la convivencia, la presión del currículo.
Responsabilidad:
No debemos olvidar que trabajamos con personas y en especial las edades de nuestros alumnos, tabulas rasas de las que somos, no solo responsables de su cuidado si no de su aprendizaje, evolución y autonomía. Sin olvidar que la escuela no deja de ser un acompañamiento a los valores y a la educación dada en casa.
Unos verdaderos influencers:
Educar no debe ser una mera transmisión de conocimiento. Debe ser una transmisión de ansias de saber, de conocer, de explorar y nuestra misión como docentes es la de ser guías para acompañar a nuestros alumnos donde se lo propongan.
¿Un problema? Una solución:
Es importante que un maestro de educación infantil sea resolutivo pues la vida en esta etapa es muy flexible y ello conlleva que surjan situaciones donde debemos ser rápidos la resolución de cambios inesperados y problemas.
Carisma innato:
Creo que ser carismático debe ser una cualidad de todo buen docente. Pues nosotros como guías debemos atraer a nuestros alumnos gracias a nuestra coherencia, nuestra personalidad, palabra y presencia.
Por mi y por todos mis compañeros:
La vida en el colegio a veces es dura, no nos vamos a mentir. Son muchas horas, momentos muy estresantes donde es importante apoyarse en tus compañeros. Debe existir una perfecta coordinación entre docentes para que todo parezca un baile. Ir a gusto a trabajar es un punto muy importante.
Seguir siendo un alumno:
En todos los sentidos. Debemos seguir viendo la vida desde la perspectiva de un niño, esto nos ayudará a entender su lógica, sus sentimientos y podremos adaptarnos a sus necesidades. Además, un buen maestro debe seguir siendo alumno y seguir aprendiendo, poniéndose al día de todo lo nuevo y ser capaz de escoger lo mejor de cada experiencia.