La ruta, Los misterios de Laura o El comisario son algunas de las series en las que hemos tenido la oportunidad de ver a Joan Daròs, además de en la película Un mundo normal o en las obras de teatro Capullos que vuelan, Poder i Santedat o MDA (fuera de foco), pero no va a ser solo de sus interpretaciones sobre el escenario o en la gran y pequeña pantalla de lo que hable hoy con él, sino que, a través de sus pasiones, quiero dar a conocer a la persona que se encuentra detrás del actor.

Hola, Joan. Me gustaría saber cuáles son tus 4 grandes pasiones, pero ya sabes que no puedes incluir la interpretación, pues doy por hecho que, siendo actor, estaría entre ellas. Así que vamos ya con el hit parade.

¿Cuál de todas tus pasiones ocuparía la cuarta posición?:

La comida. Vengo de una casa en la que cada comida es importante y todas se hacen en la mesa, con servilletas de tela y la comida basura es anatema. Como entre semana comía en el cole, el mejor mediodía de la semana era el del sábado, cuando comía con mis padres arròs a banda, arròs negre o fideuà. El primer gazpacho del verano siempre me pone de muy buen humor. Todo muy mediterráneo. Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que, cuando viajo, lo primero que hago es informarme sobre la gastronomía del sitio al que voy. Tengo un recuerdo precioso de una tarde de cannoli y bocadillos de embutido en una plaza cerca del puerto en el Little Italy de Boston.

¿Cuál sería la tercera?

La música. El número de horas escuchadas al año en mi resumen de Spotify es una locura. Me obsesiona. Es el arte total. Hay interpretación, hay composición y muy a menudo hay poesía. Con las plataformas las posibilidades se han multiplicado, puedes pasarte meses investigando un género o a una artista. Ahora estoy con la discografía de Björk en orden cronológico. Cuando llegué a ‘Like someone in love’ me emocionó mucho que la Björk de 28 años hubiera incluido esa canción en Debut, porque llevo como diez años escuchándola todas las semanas, pero en la versión de Chet Baker de Chet Baker Sings. Fue como si Björk me guiñara el ojo desde 1993.

¿Y la segunda?

La ficción. Antes que actor o escritor fui espectador y lector. En la ficción está todo. En la ficción nos explicamos, nos proyectamos y nos fantaseamos. De crio y en los primeros años de la adolescencia la ficción me acompañó mucho. El dueño del videoclub del pueblo me dijo un día que había pelis que traía sabiendo que sólo las alquilaría yo, y entonces las alquilaba sintiéndome doblemente acompañado por aquellas historias. Y con los libros, igual. Hace veinte años que no salgo de casa sin un libro en la mochila.

Y, por último, ¿cuál podríamos decir que es tu gran pasión?:

Mi círculo. Un núcleo duro de familia y amigos, algunos llevan unas cuantas décadas y otros son más o menos recién llegados. Me dedico a cosas en las que se establecen relaciones muy intensas que duran lo que dura un proyecto y eso hace que en ocasiones puedas sentirte muy solo. Me ha llevado tiempo entender eso. El núcleo duro al que se la suda si tienes proyectos en la agenda o no es esencial.

Y ya sabéis que, si queréis conocer 4 pecados de Joan, este artículo continúa en: https://orizonte.es/revistas/numero-74/#1

 

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