Uno de las citas ineludibles en los Picos de Europa es la visita al Teleférico de Fuente Dé. Es uno de los lugares más bellos de esta cadena montañosa y donde podrás disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor.
Lo primero para realizar la visita a Fuente Dé lo primero que te aconsejo es que prepares con antelación el viaje. Veas tiempo de carretera para llegar allí y sobre todo la climatología, porque si está nublado no podrás disfrutar del todo de las vistas que se te ofrecen.
Para saber si en Fuente Dé hay buen tiempo puedes verlo a través de la página web de cantur.com en el apartado de Fuente De. Ahí podrás ver una webcam en directo que te muestra cual es el estado de la climatología en directo.
Una vez te cerciores de que las nubes no te van a impedir disfrutar de esta gran experiencia lo siguiente es coger el coche. Ármate de paciencia porque las carreteras por esos lugares son de montaña y no se puede ir muy rápido.
Aquí dejo el segundo consejo. No salgas temprano del lugar donde te hospedes, llega temprano a Fuente De porque sino te podrás encontrar una interminable cola que puede a llegar a durar horas.
El teleférico de Fuente Dé es una actividad muy masificada en los Picos de Europa y puedes encontrarte con una jornada de tedio en las colas si no vas del todo preparado.
Lo primero cuando llegas al lugar es aparcar. Eso no es ningún problema ya que a la derecha te encuentras una explanada preparada para ello donde entran miles de coches para que nadie se quede sin disfrutar de esta experiencia.
Si te pasa como a mí, el teleférico comienza a funcionar a las 10 y yo llegue a las 12, y tienes que hacer una cola ármate de paciencia. Como consejo llévate agua y algo de comida porque allí hay un restaurante pero al ser el único que hay los precios están un poco subidos.
No esperes que cuando compres la entrada has terminado de hacer cola. Una vez pagues los 17 euros te darán un ticket con un número. A partir de ahí tendrás que esperar que a través de megafonía digan tu nombre para acercarte a la entrada del teleférico.
El día que yo elegí para ir allí había miles de personas así que echar cuentas. En cada teleférico (hay dos), que tarda tres minutos y 40 segundos en recorrer un total de 753 metros de desnivel caben 20 personas. Esto significa que cada ocho minutos 20 personas suben al mirador, por lo que imagínense la espera.
Hasta ahí la parte fea. Una vez te montas en el teleférico empieza una gran experiencia. La cabina sube como un tiro y cuando se cruza con la que está bajando parece como si fueran a chocar pero es por la ilusión óptica.
Una vez arriba solo hay que disfrutar. Lo primero que te encuentras es el Mirador del Cable, desde donde puedes ver gran parte de los Picos de Europa en todo su esplendor. Sin duda alguna merece la pena estar varios minutos contemplando el paisaje montañoso.
Es súper curioso ver como las cabras que encuentras en lo alto del teleférico están tan acostumbradas a la gente. Andas entre las personas sin problemas e incluso algunas se dejan acariciar.
Para los más aventureros hay varias rutas senderistas que sin lugar a dudas puede ser un gran complemento a la gran experiencia de disfrutar simplemente de las vistas. Además así se pueden descubrir rinconcitos recónditos donde no mucha gente ha llegado.
Una vez hayas disfrutado arriba de todo el esplendor de los Picos de Europa toca bajar de nuevo por el teleférico. Hasta las 18 horas puedes estar arriba pero después te tocará hacer una pequeña cola, más rápida que la anterior para finalizar la jornada.
Si eres una persona impresionable y no eres muy fan de las alturas te aconsejo que no te pongas en la parte delantera de la cabina porque parece como que vas cayendo y para los aprensivos es una sensación muy mala. Si por el contrario te gusta esa sensación, esa posición es la mejor.
Una vez abajo has disfrutado de uno de los grandes atractivos de los Picos de Europa y puedes disfrutar si aún te queda tiempo en el día y ganas, algún pueblo de alrededor como Potes, que guarda una gran historia y es perfecto para pasear por sus calles.