Operación barrio inglés es la nueva serie de Rtve en la que pronto podremos ver a Clara Navarro. Una serie ambientada en Huelva al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, en la que la actriz manchega dará vida a Rebeca. Durante los últimos años, Clara ha estado inmersa en actuación frente a la cámara con experiencia en TV, cine y producciones independientes en la meca del cine: Los Ángeles, The Reflection of Francisca Newman o The Manliest Man son algunos de los cortometrajes en los que ha participado. En teatro sus últimos trabajos han sido Something Unspoken en USA o AMORatados y La casa del placer en España.
En Estados Unidos además escribió y co-dirigió el cortometraje Pro-Tempore, un proyecto que le permitió ver su potencial de aportar a la industria del cine desde el otro lado de la cámara; pero no solo va a ser de sus interpretaciones en la pantalla o sobre los escenarios de lo que hable hoy con ella, sino que, a través de sus pasiones, quiero dar a conocer a la persona que se encuentra detrás de la actriz.
Hola, Clara, me gustaría saber cuáles son tus 4 grandes pasiones, pero ya sabes que no puedes incluir el cine (interpretación), pues doy por hecho que, siendo actriz, estaría entre ellas. Así que vamos ya con el hit parade.
¿Cuál de todas tus pasiones ocuparía la cuarta posición?:
En este “ranking” que me propones me sale del alma mencionar la música Gospel, que llegó a mi vida con mayor arraigo hace unos años cuando encontré “bicheando” al Coro Gospel de Madrid en internet. Casualmente el día que les encontré, ¡¡¡leí que en dos días tenían audiciones!!! Y me tomé esa casualidad como una señal para sobrepasar la resistencia de algo que me daba mucho miedo por auto-juicios. Desde entonces el Coro y todo lo que ello “irradia” en mi vida han tenido un fuerte impacto en mí y me ha traído las ganas inmensas de poder reforzar mi voz y confiar en ese maravilloso instrumento para comunicar y hacer sentir al resto. Hay muchísimas cosas que me hacen conectarlo con la idea de una pasión más allá de “la Clara actriz”: los momentos de convivencia en los ensayos, todas las enseñanzas de nuestra maravillosa directora Nancy Roncesvalles y nuestro solista Amos Obasohan (que van más allá de lo puramente técnico), el espíritu de la música que cantamos y el profundo respeto hacia ella, el trance en el que me sumergen sus ritmos, y la sensación de comunidad tan potente que se crea. Y por supuesto la profunda admiración cuando siento mis pies en un escenario rodeada de tanto talento y pureza. ¡Me da mucha vida! Es también algo que disfruto mucho compartir con mi familia. No se pierden ni un concierto y ellos conectan también con esta música de una manera que me encanta ver. ¡Encontrar a tus padres en medio del público dándolo todo y dejando a sus cuerpos danzar no tiene precio para mí!
¿Cuál sería la tercera?
Otra de las cosas que más siento que necesito cerca es el deporte, o más bien hablaría de movimiento en general. Dar un espacio a la danza y al ejercicio físico es algo que definitivamente necesito en mi vida y que me equilibra y centra automáticamente. Para mí es como una meditación activa que me conecta con mi cuerpo y con lo que hay dentro, en medio de un mundo un poco caótico y muchas veces demasiado rápido e hiper-estimulante. Al menos para una Aries que siempre quiere abarcarlo todo al 200% jajajaja. Cuando lo dejo de lado o no lo priorizo siempre lo noto enseguida y mi cuerpo me lo pide para poder reubicarse. También me encanta porque tiene un aspecto social que disfruto y que necesito. ¡Conectar con gente que está en la misma sintonía que tú y la energía de “tirar para adelante todas juntas” que se crea me da un chute de buen rollo increíble! Esa colectividad que se siente me gusta y me arropa. Soy fan de las clases colectivas con monitores entusiastas y de compartirlas con cuerpos en diferentes momentos vitales, pero con el mismo empuje por superarse a una y disfrutar en el proceso. Y luego está la danza que es algo así como un amor que me acompaña siempre. Creo que bailar y conectar con la música es de los momentos en los que más me (re)conozco.
¿Y la segunda?:
¡Viajar, viajar y VIAJAR! Supongo que es una pasión con la que es fácil identificarse… Más que en modo “turista”, que por
supuesto a veces lo hago y lo disfruto también, pondría aquí aquellos viajes que me permiten encontrarme con los lugares de una manera personal. Ya sea porque siento una conexión con el país de dónde vengo o las “maneras de ser” del lugar; o sitios que me sacan de mi zona de confort absolutamente (cuando hay una lengua materna que no controlo, culturas con estructuras o valores sociales diferentes a los que siempre me han rodeado, etc). Me encanta también tener la oportunidad de viajar a lugares que aún no conozco, pero donde tengo gente conocida de algunos de mis periodos viviendo fuera. Para mí recorrer esas ciudades es descifrar un poco más a la persona que me acompaña, ¡y no hay nada más bonito que conocer un lugar con una persona local, conocer sus círculos, poder dar respuesta a preguntas que puedan surgirte de la observación…! Por supuesto, también me encanta cuando yo juego ese rol de “guía local” para la gente a la que quiero que pasa por España, o Madrid en concreto, que es ahora mismo mi hogar. ¡Este verano ha sido en ese aspecto súper intenso y he podido re-experimentar Madrid compartiéndolo con gente que llegó a mí en contextos muy diferentes al mío actual en Madrid!
Y, por último, ¿cuál podríamos decir que es tu gran pasión?:
Hablo de encuentros con amigos y amigas para “tomar un café o caña y ponernos al día” que se acaban convirtiendo en horas de charla sobre la vida, los miedos, las esperanzas, las complejidades que una ve dentro y fuera de sí, y un largo etcétera en el que también están las risas porque sí, los momentos banales y sobre todo mucho de “dejarse ser”. Realmente estos encuentros y la gente que considero mi “comunidad” dan mucho sentido a mis días y es algo que me hace inmensamente feliz y a lo que definitivamente estoy entregada. Tengo la suerte de tener a mi lado a personas que me inspiran y remueven constantemente. Personas que tratan siempre de mirarse y mirar con amor y con entrega. Como dice mi amigo Pablo Cáceres (maravilloso artista): “estoy enamorado de la vida”. Los encuentros y ratos de compartir con otros me mantienen enamorada de la vida y también me hacen tener una visión del mundo y de lo que estamos haciendo aquí más esperanzadora que aquello a lo que muchas veces estamos expuestas, y que en ocasiones me “tira un poco para abajo” y me genera dolor y confusión. Mis “personas vitamina”, como diría Marian Rojas, son definitivamente una pasión para mí. Además, la vida me ha regalado la preciosa enseñanza (tras mis aventuras de vivir en distintos lugares), de que este tipo de conexiones no entienden de distancia.
Y ya sabéis que, si queréis conocer 4 pecados de Clara, este artículo continúa en: Orizonte Magazine_Revista Nº79